martes, 19 de enero de 2016

A golpe de sentidos


Toda vida debiera sufrir al menos un naufragio, para arrojar las dudas, prender los temores y vivir


2 comentarios:

  1. Pero siempre habrá una mano amiga tendida a la que aferrarse y subir a otra barca compartiendo remos

    ResponderEliminar
  2. No Cayo, no. A veces no hay mano amiga, o si la hay está lejos de la tuya que se agita en la tiniebla buscandola. La mirada vidriada solo ve sombras chinescas que danzan y se alejan. Una barca, please! Un remo aunque esté gastado, para ir a no sé donde.

    ResponderEliminar